Es el gasóleo destinado para calefacción y el más económico, debido a que tiene algo menos de filtrado. Sin embargo, su alto contenido en parafina produce un alto poder calorífico. Está específicamente concebido para proporcionar calor.

A diferencia de otros combustibles gaseosos, el gasóleo Calefacción es seguro por tener un punto de inflamación superior a 60ºC. Su composición cambia según la temporada, para evitar congelaciones en temperaturas extremas.

Su uso continuado permite la conservación y protección de toda la instalación de calefacción, reduciendo las revisiones y los costes de mantenimiento.